jueves, 31 de marzo de 2011










Ahí de pronto en el bosque escuro
El crujido de la luna, de las piedras hablantes
Del eco, que se escucha, el dolor se hace presente
Heridas pútridas, dolores escalofriantes
Velos de misticismo, locuras desmembrar
De labios malignos, de mentes sin corazón
De un corazón negro, que palpita el odio y desesperación
Es ahí cuando veo la luna, me siento a mirar pacifica de ella
Sin que nadie pueda sentir eco abrumador, de la nostalgia
De una prosa, de algo inmemorial, recuerdo
Escucho  y siento
Escalofriantes versos, que salen desde mis pavoridos labios
Cubiertos en venenos profundos,

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